Las benévolas

Es la lectura con la que llevo todo el verano y que me está resultando dura y tediosa. Su autor Jonathan Littell. Creo que es demasiado densa, liosa y difícil de asimilar. Al menos esa es mi impresión y voy por la mitad solamente. Pero casi mil páginas no es para menos cuando el tema no es nada cercano, por no decir desconocido, en términos y escalafones militares...etc. Por lo demás creo que logra desentrañar los miedos más profundos y las bajezas más ruines que un alma humana en condiciones extremas puede atesorar.
Me pregunto demasiadas veces estos días si en iguales o parecidas circunstancias nos comportaríamos hoy así, de esa forma deshumanizada, cruel, sin oposición crítica...etc y llego a la conclusión que la vida es una repetición de absurdeces en el campo de la guerra, y que hoy se hacen estas guerras de otras formas, pero en el fondo mostramos el mismo grado de deshumanización para con nuestros semejantes. Su única falta haber nacido en un lugar equivocado, o en un tiempo erróneo y donde el capitalismo salvaje sigue imperando y dominando a las masas.
Tras la revolución rusa se comentaba que la población era muy atrasada como para entender y poder gozar de la libertad conquistada. Un siglo después creo que el problema de la educación de la sociedad sigue vigente o palpable en grandes capas de la población.