Con las pilas cargadas

Nada mejor que estar rodeado de los seres queridos para volver repleta de ilusiones. Unos días para desconectar de todo y de todos y para reposar los malos entendidos que la rutina diaria va apilando en tu cabeza.
Ha sido muy difícil entrar y no verte, no oirte, no poder abrazarte. Pero he podido. Sé que estás ahí, protegiéndonos, acompañándonos, y cuidando de todos nosotros. No somos fuertes, nada de eso. Quizá tú lo sabías. Tú sí lo parecías. Tú eras el centro de toda nuestra existencia. Es increible cuanto podemos echarte de menos.
Aún estamos con ella. Ahora la protegemos y queremos más si cabe. Tú sabes que ella nos necesita. Pero está muy bien, tranquilo. Es fuerte ya la conoces. Es ahora nuestro cielo protector.
Me resulta muy difícil avanzar. Sabes ya que he aprobado la oposición, creo que sin plaza. Siento que en el fondo me has ayudado tú como te pedí. No se si tendré suerte, pero lo intenté. Dicen que a la tercera va la vencida. Y a por ello fui. Ahora todo depende del maldito sistema. Plaza no tendré, seguro, pero me ha dado fuerzas para seguir. Aún valgo para algo. Aún puedo ser útil. Pero por encima de todo quiero ser feliz con lo que tengo. Quiero sencillamente vivir.