Herta Müller nos regala un libro de atmósfera axfisiante "Todo lo que tengo lo llevo consigo". No se por qué motivo especialmente hoy, tras los atentados de París, y después de escuchar a su presidente Hollande que esto es un acto de guerra, lo relaciono con esta lectura. Tal vez crea que esos terroristas encarnan mejor que nadie ese título. Si tenían algo se lo llevaron consigo, pero no se fueron solos, no. Antes se llevaron por delante la vida de cientos de seres inocentes.
Es impensable ponerse en su piel y pensar si realmente se fueron con todo, o es quizá que ese todo era la nada, y con ella se fueron al abismo. Es difícil conocer su pensamiento absurdo desde nuestra lógica del bienestar.
Nosotros, los hipócritas, los cínicos, que sòlo repudiamos estos actos cuando ocurren en el salón de nuestras casas. Cuando miles de personas huyen de estos actos bárbaros y salvajes, y les ponemos alambradas y cortapisas. Nosotros que nos creimos durante demasiados siglos intocables. Maldita civilización que se cree un gigante y de vez en cuando comprueba que es un coloso con los pies de barro.
Esta obra nos da retazos de la barbarie humana en otras guerras, en otros tiempos, pero de lo que a la postre parece ser el destino humano : El hombre es un lobo para el hombre. Ya lo decía Hobbes.
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