Es increible. Mis cuerdas se han movido por arte de magia, tras dos meses y medio de reposo en casa. Ahora me envían para estudio al neurólogo, porque no encuentran explicación a lo ocurrido. Cosas que ocurren en esta dura etapa de pandemia.
Se ha hecho duro, muy duro. El verte de repente privada de algo tan natural como el habla. Tu voz no suena, y nadie sabe porqué tus cuerdas están inmovilizadas, al igual que el nervio recurrente. Acepta una traqueotomía, que después del tiempo tendré que dar por buena. Hablo. No puedo de momento cantar, pero hablo. Se ha obrado el milagro. Hablo sin tener que volver a ingresar en un quirófano. Hablo, emito palabras al principio, luego frases. Y poco a poco voy mejorando.... Me retiran la cánula de la traqueo, porque mis cuerdas se mueven. Y hablo, con un poco de dificultad en algunos momentos, porque aún se escapa el aire, pero hablo. Y la vida vuelve a ver luz después del túnel. Y la normalidad se va adueñando de la rutina, y la rutina sería la normal ya, a estas alturas, de no ser por el maldito coronavirus. Ahora eres de riesgo, y tienes miedo. Ahora debes volver a la nueva rutina con mucha precaución. Y tienes miedo. Y todo alrededor se envuelve de precaución , y reparo, y la vida tiene que seguir, a pesar de esa paralización. La vida sigue, fluye, siempre sigue. La vida es hermosa , a pesar de todo. La vida es el presente, y la felicidad. El pasado ya pasó, el futuro vendrá y el presente es lo que tengo. Gracias a la vida que me ha dado tanto, como dice la canción.
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