UNA ENTREVISTA DE TRABAJO

Como era su costumbre llegaba temprano a la entrevista. Siempre le había gustado llegar pronto para poder estudiar  desde la distancia todo el entorno y para asegurarse de que no se había equivocado con la dirección.
En esta ocasión con mayor motivo, porque la explicación dada por la secretaria dos días antes cuando contactó con ella por teléfono la había resultado algo confusa. -Sí, sí, había dicho. Está por Torrero. Pregunta por Zaragoza la vieja.
Ella no era de Zaragoza, pero el barrio de Torrero le resultaba familiar puesto que por allí estaba la primera Biblioteca donde había venido a trabajar hacía ya muchos años. Por tal motivo tuvo buenas vibraciones tras la llamada.
Llegó el día y la hora convenidos. El lugar le pareció un poco lúgubre. Eran los bajos de un edificio de ladrillos antiguo. Allí en la puerta se encontró con un chico y otra chica más, bastante más jóvenes, que también iban a la entrevista y juntos  entraron. Cuando llegó el momento alguien desde el hall gritó su nombre .-ya puede pasar- dijo- es la puerta del fondo.
-Gracias contestó ella y entró. Al fondo de una larga mesa de madera un chico joven, de aspecto agradable, rápidamente se puso en pie para darle la bienvenida. - Siéntese, dijo y se puso a ojear su currículum. Después las primeras preguntas formales : nombre, edad, estado civil. Por su expresión primero y a medias palabras después, le dio a entender que debía haber habido algún error.
.-¿A qué te refieres?, preguntó ella y enseguida se dio cuenta que sin querer le había tuteado.
.-Pues verá dijo él- es que buscamos  gente joven, a la cual prepararíamos nosotros . Se trataría de visitar los hogares de una zona determinada. Ello implicaría tener amplios horarios de trabajo, mañana y tarde. Por lo que veo usted tiene demasiada formación, está casada, y creo que este puesto no será de su interés, pues hay que patearse las calles... y usted tal vez...titubeó.
Rápidamente fue consciente de lo que implicaban aquellas palabras, así que antes de continuar allí medio humillada le respondió : .-Sí, tiene razón. No me interesa en absoluto su oferta, pero la próxima vez se podían leer antes la información y no convocar a nadie que no sea de su interés.
-No, bueno, perdone-balbuceaba disculpàndose. Yo voy a hacerle unos tests, para ver si cumple unos requisitos...
.-No, gracias, muchas gracias. Le repito que no me interesa su oferta.
-Pero bueno, dijo él, si aún no le he dicho exactamente de qué se trata, ni de cuanto ganaría. Tal vez le interese, si tiene tiempo libre....
.-Buenos días, respondió ella levantándose. -Que tenga usted buena mañana, y por cierto, tengo mucho tiempo libre, es cierto, pero no para perderlo con gente como ustedes. Y salió esbozando una sonrisa y deseándole de nuevo un buen día.